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La persona del criminal

La identidad del delincuente es un concepto muy específico aplicado en el contexto de la criminología, que permite describir los rasgos de carácter, las características personales y sociales de una persona inclinada a cometer diversas violaciones legales y administrativas.

La estructura de la personalidad del perpetrador consiste en una serie de características que afectan la comisión de acciones ilegales. Las subestructuras incluyen:

1. Los signos biofisiológicos que conforman la personalidad de un criminal son las características de su constitución fisiológica, sistema nervioso, estado actual de salud, etc. Este factor se investiga en relación con el hecho de que las características personales a menudo se determinan genéticamente. Los atributos hereditarios también influyen en la especificidad de la educación del individuo, su interacción con el medio ambiente y una serie de otros indicadores.

2. Características sociodemográficas. Incluyen indicadores como edad, sexo, estado social y matrimonial, nivel de educación, ocupación, características nacionales y otras características. Los datos que posee la criminología indican que, por ejemplo, la mayoría de los delincuentes cuyos puños están causando lesiones corporales graves son hombres, mientras que las mujeres recurren más frecuentemente a cometer delitos mercenarios. El nivel de educación influye en el tipo de delito cometido: las violaciones económicas y financieras son cometidas con mayor frecuencia por personas con educación superior, mientras que los robos, vandalismo, vandalismo, robos y similares por individuos cuyo nivel de educación es mucho menor.

3. Características morales y psicológicas que determinan la identidad del criminal en la criminología, incluye las características de la cosmovisión del individuo, los valores, las creencias y la orientación de la vida.

Una posición de visión del mundo define el propósito y la perseverancia del individuo en lograr lo que se pretende, y en general afecta el conjunto de hábitos y el sistema de opiniones de la persona. Se cree que el individuo se convierte en un individuo sólo cuando se forma un sistema de valores y su propia actitud hacia el orden público, así como la capacidad de asumir la responsabilidad de sus decisiones y acciones sobre sí mismo.

En el contexto de este punto, es especialmente necesario estudiar características como la actitud prevaleciente (o, inversamente, no formada) hacia diversos valores, tanto morales como sociales, adoptados en una sociedad dada. Es, en primer lugar, la actitud hacia la familia, el trabajo, el desarrollo, la comunicación social , etc. Además, es necesario evaluar y clasificar el significado de las reivindicaciones y necesidades sociales (socialmente útil / perjudicial, justificado / injustificable), seguido de un estudio de la naturaleza y el método de cumplimiento de los objetivos (legales, legales, ilegales, socialmente).

4. Finalmente, las características finales que revelan el concepto de personalidad de un criminal son sus propiedades intelectuales, emocionales y volitivas.

El primero incluye la experiencia de vida, la estrechez y la amplitud del conocimiento, los intereses, las aspiraciones, la cantidad de conocimiento, el nivel de desarrollo intelectual y similares.

Bajo las características emocionales del individuo se entiende el equilibrio, la movilidad y la fuerza del curso de los procesos nerviosos y la excitabilidad emocional, los principios asociados con la respuesta a los cambios externos o internos.

Por último, las propiedades fuertes son la capacidad de tomar e implementar decisiones orientadas a lograr el objetivo, regulando las actividades dentro del marco de la decisión, perseverancia y una clara dirección de acción, acompañada de cierta flexibilidad.

La persona del delincuente, considerada en el contexto de los puntos descritos, se distingue por motivos mercenarios, actitud despectiva hacia la vida, salud de otra persona, beneficios materiales, actitud antisocial a las normas aceptadas y reglas de comportamiento, actitud irresponsable hacia los deberes.