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Hueso temporal: estructura y posibles patologías

Antes de hablar de las patologías del hueso temporal, es necesario aclarar que el hueso temporal es un par y constituye la base y la pared lateral del cráneo, predominando entre el hueso esfenoideo en frente y el occipital posterior. Contiene los órganos de la audición y el equilibrio, de ahí uno puede juzgar su propósito directo e indispensable en el cuerpo humano. Como sus constituyentes son piezas rocosas, de tambor y escamosas, describiremos en detalle cada una.

La parte rocosa tiene una forma triangular, de ahí el nombre de "pirámide". La punta de la pirámide se dirige hacia la parte media y hacia adelante, además, tiene una abertura interna del canal carotídeo, y su base se dirige hacia atrás y lateralmente, donde se localiza el canal del tubo muscular, dividido por un septum en dos medios canales que activan el tímpano.

La parte escamosa forma las paredes laterales del cráneo y está representada por una placa vertical vertical con un borde redondeado que cuelga sobre el borde característico del hueso parietal en forma de escamas de pescado, por lo tanto el nombre es correspondiente.

La parte del tambor forma parte de los bordes posteriores, así como los anteriores y los inferiores del conducto auditivo externo, caracterizado por la osificación endosmática y tiene la apariencia de una placa redondeada similar.

El hueso temporal es un elemento importante de la estructura del cráneo, cuyas patologías conducen a consecuencias extremadamente indeseables. En particular, la arteritis temporal puede ser más aguda. Es una enfermedad inflamatoria que afecta a vasos sanguíneos grandes. Muy a menudo esto ocurre con los vasos que tocan las arterias carótidas, en particular, las arterias craneales, la aorta y las grandes ramas de las arterias coronarias y las arterias de las extremidades que se derivan de ella. Las venas con esta patología son muy raramente afectadas. Tal patología puede causar una pérdida de visión aguda, además, un curso prolongado de la enfermedad puede conducir a la necrosis del nervio óptico y la retina.

Con este proceso patológico, el hueso temporal requiere un diagnóstico oportuno, que se realiza en el contexto de las quejas características del paciente. Por lo tanto, un paciente potencial experimenta dolores de cabeza severos, un deterioro visual, sensibilidad de las arterias temporales, dolor en el cuello y un deterioro significativo en la condición habitual. No se demore con el tratamiento, porque el hueso temporal está directamente relacionado con la visión, y la arteritis temporal puede conducir a la ceguera irreversible. Aquí se recomienda un número de medicamentos, cuya acción está dirigida a suprimir el proceso inflamatorio en las arterias. Es importante entender que en cada caso clínico, el tratamiento productivo tiene sus propias características específicas, por lo que uno siente mejoría significativa en una etapa temprana de la terapia intensiva, pero otros necesitan un largo curso de terapia de rehabilitación.

Sin embargo, esta no es la única enfermedad que tiene que ver con el hueso temporal. Además, la tendinitis temporal puede progresar. Tal enfermedad se caracteriza por un fuerte síndrome de dolor en el área de la mejilla, que a veces puede parecer herir a los dientes. Dicho dolor se produce más frecuentemente durante la masticación, sin embargo, el curso de esta patología es puramente individual.

La tarea de un especialista para prescribir un tratamiento alternativo, que normaliza la circulación sanguínea y el metabolismo, los prerrequisitos para la deposición de sales de calcio desaparecerán, y el dolor disminuirá. Además, existe una necesidad urgente de restaurar el tejido conectivo.

Por lo tanto, es posible hablar sobre el papel del hueso temporal en la estructura del cráneo, que tiene su importante significado y desempeña funciones muy importantes.