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El código ético de un psicólogo

El código ético del psicólogo existe a pesar de las dudas de muchos. Aprueba las principales normas de moralidad, las reglas de conducta que un experto debe observar en la realización de su obra. Sin embargo, la paradoja es que no hay sanciones por violación de esta ley en nuestro país. Si en los Estados Unidos el código ético de un psicólogo debe ser estrictamente observado, ya que de otro modo es posible pagar no sólo la reputación, sino también para examinar las circunstancias del caso en los tribunales, entonces en Rusia la pena más alta se considera la publicación de un comportamiento indigno.

Por lo tanto, la actividad del psicólogo se basa en los principios básicos que protegen los derechos humanos, su vida personal. La regla más importante, cuya observancia es necesaria cuando se consulta a un psiquiatra o un psicólogo, se considera confidencial. Esta regla implica la no divulgación absoluta de la información recibida del cliente. El paciente será capaz de abrirse realmente, sólo sabiendo que dos personas no difundir sus palabras más. Si el especialista necesita una consulta adicional con un colega, debe informar a la persona acerca de esta necesidad y preguntar sobre la posibilidad de mantenerla. Sólo con el consentimiento del cliente se puede divulgar la información. Muchos psicólogos a menudo escriben trabajos científicos, basados en la experiencia personal, es decir, ejemplos de la vida. En esta situación, la especificación de nombres será superflua e ilegal.

El código ético de un psicólogo incluye el principio de competencia, que implica plena responsabilidad por el método de trabajo que ha elegido. Además, debe entender claramente dónde termina la línea de su calificación y en qué asuntos no tiene conocimiento. Cualquier consejo de un psicólogo puede tener un fuerte impacto en el paciente. Es por eso que todo lo que un cliente hace, basado en las instrucciones de un especialista, permanece en la conciencia y responsabilidad de este último. Siempre debe recordar que es capaz de influir en el destino de una persona, y esto es muy grave. Durante el trabajo y la recepción, el especialista no tiene derecho a mostrar una actitud negativa personal hacia el cliente o de otra manera intencionalmente dañar su estado de salud.

El código ético de un psicólogo se basa en el principio de respeto por el individuo. Si encuentra una situación en la que las normas morales discordan con los deberes profesionales, es necesario sopesar cuidadosamente los pros y los contras y tomar una decisión que contribuya al máximo al bienestar del cliente. Es decir, es necesario recordar el mandamiento "no dañar al prójimo". La actividad de un psicólogo cualificado no debe verse influenciada por la afiliación religiosa, nacional o sexual del consejero.

También vale la pena recordar acerca de la cooperación profesional, lo que implica el respeto a los colegas y sus métodos de trabajo, independientemente de su propia competencia o opinión. La articulación pública de una respuesta agudamente negativa sobre el trabajo de otro especialista se considera un acto moralmente injustificado.

Y lo principal: en el trabajo con cada cliente el psicólogo está obligado con toda responsabilidad e interés a abordar sus problemas o enfermedades. Debe desarrollar un plan que identifique claramente los principales problemas, los métodos para su solución y el resultado final esperado. Todo esto debe ser discutido con el cliente, porque debe ser plenamente informado sobre lo que quieren llegar, debe estar de acuerdo con la meta. Entonces el proceso de entender la causa del problema y las medidas de implementación para eliminarlo serán mucho más rápidos y más eficientes.

Además, no obligue a una persona a hablar sobre este o aquel tema, puede invitarlo a hacerlo. En caso de rechazo es necesario esperar el momento en que él mismo estará listo para hablar sobre un tema específico. Y no importa cuánto tiempo toma, porque cada uno tiene su propio tiempo. Por lo tanto, el psicólogo en su actividad se basa en el principio de voluntariedad y el deseo del cliente en la realización de cualquier trabajo con él.